6 de Abril de 2007


Hoy Helena se ha dispuesto a escribir el primero de sus diarios, sin imaginar lo que esto significará para ella en un futuro. Y empieza así: "Bueno, la verdad es que nunca he empezado un diario y lo he seguido. Así que intentaré acabar este, por lo menos, hasta que se acaben sus páginas." Tiene mucho que contar ya a sus 14 años, pues desde que tiene uso de razón su mente nunca ha dejado de pensar y darle vueltas y vueltas a todo lo que sucede a su alrededor. No obstante, le queda mucho que aprender aún, sobre todo, a plasmar sus sentimientos y pensamientos en hojas de papel.
La primera hoja de su diario la dejó en blanco, el material era algo más duro que el del resto de las hojas de la libreta y decidió que en esa página pegaría fotos o algún recorte de alguna revista que le gustara. En la segunda página empieza a relatar que es semana santa, pero para ella ésta ya ha terminado. Sus hermanos, con los que suele divertirse, se han marchado de la ciudad. Entre líneas se puede leer cómo sus hermanos forman uno de los mayores pilares de su vida y con ellos hace un gran equipo, pero también le darán algún que otro dolor de cabeza. Por lo visto, no solo sus hermanos se han marchado a pasar unos días fuera, también sus mejores amigas se han ido de viaje. Helena se siente sola, pues sus padres son demasiado mayores como para aventurarse en algún viaje, siempre se quedan en casa. Aun así, busca escusas con las que alegrarse y comenta que uno de los hermanos, Xavi, le ha regalado unas bambas chulísimas antes de marcharse.
Helena va al instituto, a segundo de la ESO, y tiene un gran grupo de amigas y de amigos. Siempre se ha llevado bien con las personas de cualquier edad, estilo, país, etc. Helena siempre ha intentado tener la mente abierta para las personas y nunca le ha gustado ver a nadie solo o sentirse solo, cosa que no cambiará nunca a pesar del tiempo y sus experiencias.
El escrito continúa explicando lo enfadada que está con su madre por hacer ruido en el comedor mientras baila sevillanas. Le costará ver que tener una madre tan alegre y risueña es un regalo que a pocas personas se les otorga, así como entender los obstáculos que ésta encontró para llegar donde se encuentra hoy: con un techo donde dormir, comida en el plato para todos sus hijos y trabajo. Pero Helena aun es joven e inexperta para entender por qué su madre siempre le da la tabarra con que se porte bien allá donde vaya, ayude a las personas que le rodean a pesar que éstas se porten mal con ella, ordene su habitación, principios y hábitos que marcarán la trayectoria de su vida.
La primera página de su diario termina con su gran preocupación por enviarle un SMS un chico que le gusta, Alberto -sí, para ese entonces aún no había Whatsapp ni Facebook y se tenía que aprender a sintetizar todo lo que se quería decir en los pocos caracteres que te dejaban enviar en un mensaje-, pero no tenía saldo. Le conoció a través de una amiga, es el típico chulito, introvertido, con ganas de conocer a chicas y tenerlas a todas comiendo de la palma de su mano. Esto es otra de las cosas que Helena aún no ha entendido y que le llevará muchos años aprender, si es que alguna ve lo ha llegado a comprender. Intentará siempre verles venir y no dejarles entrar en su corazón tan fácilmente, pues sabrá que lo arrasan todo a su paso.
Nadie mejor que yo conoce a esta Helena...

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